Fue en el proyecto del arquitecto D. Luis de Villanueva y D. Pedro Bidagor, después de haber terminado el edificio principal, donde se establece la necesidad de completar las instalaciones con una serie de servicios complementarios: “construir algunos pabellones nuevos y, sobre todo, rodearlo del ambiente apropiado mediante la creación de un parque forestal que constituya el verdadero laboratorio de la Escuela”.
Sin embargo corrió a cargo de D. Luis Ceballos y Fernández de Córdoba, profesor de Botánica y Geografía Botánica de la escuela, diseñar en 1941, no sólo el arboreto sino también todos los jardines de la Ciudad Universitaria.
Este espacio ajardinado cumplía una doble misión: por un lado contribuyó a la regeneración forestal de la Ciudad Universitaria, seriamente dañada durante la Guerra Civil, y por otra permitía acercar, a los alumnos de la Escuela de Montes, las especies vegetales de interés forestal.
El Arboreto presenta tres espacios claramente diferenciados: una primera zona de carácter boscoso transitable a través de sendas, una segunda con un ajardinamiento clásico, en torno al edifico principal de la Escuela y una tercera, destinada a la aclimatación y cultivo. Hoy en día aloja unas 400 especies de plantas vasculares; número que se va incrementando año tras año por las aportaciones de diferentes entidades, constituyendo uno de los arboretos más importantes de Madrid.
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