LA ESCUELA DE MONTES Y SUS ARBORETOS
Desde el principio de su existencia, independientemente de las ubicaciones, la Escuela de Ingenieros de Montes ha estado acompañada de un espacio vegetado para la formación de los alumnos y la experimentación.
La Escuela Especial de Ingenieros de Montes en Villavicios de Odón – “El Forestal”
El año 1848 marca el inicio de las enseñanzas en la Escuela Especial de Ingenieros de Montes, cuya primera sede ocuparía el Castillo de Villaviciosa de Odón y la finca anexa. En esta Villa se formaron los primeros Ingenieros de Montes y allí permaneció el centro durante más de 20 años.
La Escuela tenía entre sus objetivos una formación eminentemente práctica, por lo que a partir de 1847 se dedicaron a estos fines los terrenos de alrededor. Entre otros, se utilizaron como terreno de prácticas y experimentación lo que hoy se conoce por el nombre de “El Forestal”. Gracias al trabajo de varias promociones de alumnos se fue formando el espacio arbolado que hoy conocemos.
La Escuela de Ingenieros de Montes en El Escorial – El Parque de la Casita y el Monte Abantos
En 1869 se decretó el traslado de la Escuela al Real Sitio de San Lorenzo del Escorial, donde permaneció hasta 1914. Uno de los motivos que propició el traslado, no el menos importante, proponía ubicar el centro en un paraje netamente forestal, con posibilidad de “dotar a la Escuela de jardines y montes de experimentación y trabajo”.
Para poner en marcha la Escuela, se pusieron a su disposición algunas de las propiedades que habían pertenecido a la Corona. En la Casa de Oficios, próxima al Monasterio, se instalaron las aulas, gabinetes y otras dependencias. Para “Jardín forestal”, arboreto y viveros, se destinó el parque de la Casita del Infante. Los cuarteles de la Solana y el Romeral fueron el campo de prácticas de los alumnos.
En aquellos años, el monte de “La Jurisdicción” o monte Abantos estaba prácticamente deforestado tras varios siglos de aprovechamiento desordenado. La Escuela solicitó su inclusión en el Catálogo de Montes de Utilidad Pública y hacerse cargo del monte, e inmediatamente proyectó su repoblación. Dicha repoblación, considerada hoy día como un modelo, fue ejecutada fundamentalmente por el alumnado, que de esta manera entraba en contacto con la práctica forestal mientras se reconstituía la masa arbolada y se mejoraban las condiciones ecológicas del entorno.
TRASLADO A LA CIUDAD – LA ESCUELA DE MONTES SIN ARBORETO
El aislamiento de la Escuela del ambiente universitario de la ciudad, propició su traslado a Madrid en 1914, lo que provocó la división del colectivo forestal entre los partidarios de permanecer en El Escorial y salvaguardar la esencia rural de las enseñanzas y aquellos que abogaban por la incorporación inmediata de la Escuela a la dinámica universitaria de la capital.
En la Villa, en un principio fue acogida en la Escuela de Minas e Industriales, pero poco después se alojó en inmuebles alquilados del entonces relativamente joven barrio de Argüelles. Fue una época en la que la Escuela estuvo alojada de forma precaria, en inmuebles en el que a duras penas cabía el instrumental, los fondos bibliográficos y los magníficos muebles que formaban parte de sus herramientas docentes e investigadoras y su patrimonio. Poco después, en la guerra civil, un incendio arrasó la mayor parte de su patrimonio.
La Escuela de Ingenieros de Montes de Ciudad Universitaria y su Arboreto
Desde 1945, la Escuela forma parte de la Ciudad Universitaria, hoy con el nombre de Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Montes, Forestal y del Medio Natural. Cuando se decidió construirla en la ubicación actual, ya se consideró necesario incorporar un espacio para un arboreto, que sirviera como apoyo en la formación de los ingenieros.
Basta leer la Memoria del “Proyecto de pabellones anejos, servicios generales y parque forestal” de la Escuela Especial de Ingenieros de Montes, redactada por los Arquitectos Luis de Villanueva y Pedro Bidagor para el Ministerio de Educación Nacional en 1945.
“Terminado el edificio de la Escuela es necesario completar su instalación con una serie de servicios complementarios, construir algunos pabellones nuevos y, sobre todo, rodearlo del ambiente apropiado mediante la creación de un parque que constituya el verdadero laboratorio de la Escuela”.
Las plantaciones no sólo del Arboreto de Montes sino también de todos los jardines de la Ciudad Universitaria, estuvo a cargo de Luis Ceballos, Catedrático de Botánica y Geografía Botánica de la Escuela y precisamente nacido en El Escorial.