Madera para crear música
Contrabajos, violines, guitarras, xilófonos o ciertas partes de los instrumentos de nominados de viento-madera están construidos con madera.
La calidad del timbre, tono, equilibrio de sonido o la resonancia son propiedades de la acústica del instrumento que dependen fundamentalmente del saber hacer del constructor, que debe elegir cuidadosamente las maderas a emplear.
En la fabricación de guitarras, por ejemplo, se combinan varias maderas de alta calidad, dependiendo de la parte del instrumento y el tipo de sonido que se quiera generar.
El color del sonido no depende sólo del tipo de madera, sino también de cómo ha formado el árbol sus vetas. Su grosor y distribución hace que los sonidos interactúen y produzcan una resonancia distinta. Los luthiers y expertos tienen un oído muy entrenado y la suficiente experiencia para detectar los matices que aporta cada plancha de madera a la resonancia final del instrumento.
Cuando la importación de estas maderas era más difícil, nogales, cerezos o perales abastecían de material para hacer guitarras. El ciprés, por ejemplo, ha sido tradicionalmente empleado en la construcción de la guitarra flamenca. El ciprés de Aranjuez, antaño abundante en esa zona, ha sido particularmente apreciado por sus cualidades.
Hoy día también se emplean maderas autóctonas y exóticas como el palosanto, el ébano o la caoba. Resulta particularmente apreciada la madera de koa, que alcanza precios muy elevados en el mercado. Este árbol (Acacia koa) sólo vive en Hawai, por lo que su gestión ha de ser cuidadosa y su extracción muy controlada.